Semana de Prevención de las Enfermedades Tropicales










En el liceo Miguel Santiago Yanguela cumplimos con las efemérides plasmadas en el Currículo de MINERD, está vez fue con la Semana de Prevención de las Enfermedades Tropicales, y con motivo a evitar estas enfermedades formamos grupos con todos los alumnos y acompañados con sus maestros salimos por la comunidad a recoger la basura encontradas en la comunidad, ya que los vasos, basuras, plásticos, entre otros, son los que crean el ecosistema para que se formen los transmisores de estas enfermedades.





































































Las enfermedades tropicales son enfermedades infecciosas que prevalecen en regiones tropicales y subtropicales. Los organismos que causan enfermedades son agentes patógenos. Este recurso te permitirá identificar cuáles son las enfermedades tropicales más comunes que afectan a la población y que las produce.
Las zonas tropicales del planeta se encuentran entre el trópico de Cáncer y el trópico de Capricornio. Existen enfermedades que son más frecuentes en esta región, que en las zonas templadas, estas son las enfermedades tropicales.
La exploración de selvas tropicales, la deforestación y creciente inmigración y tráfico aéreo internacional ha llevado a una incidencia progresivamente globalizada de tales enfermedades.
En 1975, Unicef, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud establecieron el Programa especial para investigación y capacitación en enfermedades tropicales para que se centre en las enfermedades infecciones desatendidas que afectan desproporcionalmente a las poblaciones pobres y marginalizadas en las regiones en desarrollo de África, Asia, América Central y América del Sur. La cartera actual de enfermedades de este programa incluye las siguientes diez enfermedades:

Malaria

El paludismo es causado por parásitos del género Plasmodium que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles, los llamados vectores del paludismo.
Hay cinco especies de parásitos causantes del paludismo en el ser humano, si bien dos de ellas – Plasmodium falciparum y Plasmodium vivax – son las más peligrosas.
El paludismo es una enfermedad febril aguda. En un individuo no inmune, los síntomas suelen aparecer entre 10 y 15 días tras la picadura del mosquito infectivo. Puede resultar difícil reconocer el origen palúdico de los primeros síntomas (fiebre, dolor de cabeza y escalofríos), que pueden ser leves. Si no se trata en las primeras 24 horas, el paludismo por P. falciparum puede agravarse, llevando a menudo a la muerte.
Los niños con enfermedad grave suelen manifestar uno o más de los siguientes síntomas: anemia grave, sufrimiento respiratorio relacionado con la acidosis metabólica o paludismo cerebral. En el adulto también es frecuente la afectación multiorgánica. En las zonas donde el paludismo es endémico, las personas pueden adquirir una inmunidad parcial, lo que posibilita la aparición de infecciones asintomáticas.

Tripanosomiasis africana

La tripanosomiasis africana humana, también llamada enfermedad del sueño, es una parasitosis transmitida por un vector. Los parásitos que la causan son protozoos pertenecientes al género Trypanosoma. Se transmiten al ser humano por la picadura de la mosca tsetsé (del género Glossina) infectada por otras personas o animales que albergan parásitos patógenos humanos.
La mosca tsetsé se encuentra en el África subsahariana pero solo ciertas especies transmiten la enfermedad; por razones que hasta la fecha no se han explicado, este insecto vive en muchas regiones donde no ocurre la enfermedad del sueño. Las personas que están más expuestas al contacto con la mosca tsetsé, y por consiguiente a contraer la enfermedad, son los habitantes de zonas rurales que se dedican a la agricultura, la pesca, la ganadería o la caza. La enfermedad puede aparecer en zonas que van desde una sola aldea hasta toda un región. Dentro de una zona infectada, la intensidad de la enfermedad puede variar de una aldea a otra.

Dengue

Se origina por un virus transmitido por mosquitos portadores Aedes como el Aedes aegypti. El dengue es una enfermedad infecciosa causada por el virus del dengue. La infección causa síndromes gripales, y en ocasiones evoluciona hasta convertirse en un cuadro potencialmente mortal, llamado dengue grave o dengue hemorrágico.
El dengue es una infección vírica transmitida por la picadura de las hembras infectadas de mosquitos del género Aedes. Hay cuatro serotipos de virus del dengue (DEN 1, DEN 2, DEN 3 y DEN 4). Los síntomas aparecen 3–14 días (promedio de 4–7 días) después de la picadura infectiva. El dengue es una enfermedad similar a la gripe que afecta a lactantes, niños pequeños y adultos.

Leishmaniasis


La leishmaniasis es causada por un protozoo parásito del género Leishmania, que cuenta con más de 20 especies diferentes. Se conocen más de 90 especies de flebotominos transmisores de Leishmania. La enfermedad se presenta en tres formas principales:
Leishmaniasis visceral (también conocida como kala azar): en más del 95% de los casos es mortal si no se trata. Se caracteriza por episodios irregulares de fiebre, pérdida de peso, hepatoesplenomegalia y anemia. Es endémica en el subcontinente indio y África oriental. Se estima que cada año se producen en el mundo entre 50 000 y 90 000 nuevos casos de leishmaniasis visceral, de los cuales solo un 25 a 45% son notificados a la OMS. En 2017, más del 95% de los nuevos casos notificados a la OMS se produjeron en 10 países: Bangladesh, Brasil, China, Etiopía, India, Kenya, Nepal, Somalia, Sudán y Sudán del Sur.
Leishmaniasis cutánea (LC): es la forma más frecuente de leishmaniasis, y produce en las zonas expuestas del cuerpo lesiones cutáneas, sobre todo ulcerosas, que dejan cicatrices de por vida y son causa de discapacidad grave. Aproximadamente un 95% de los casos de leishmaniasis cutánea se producen en las Américas, la cuenca del Mediterráneo, Oriente Medio y Asia Central. En 2017, más del 95% de los casos nuevos aparecieron en seis países: Afganistán, Argelia, Brasil, Colombia, República Islámica del Irán y República Árabe Siria. Se calcula que cada año se producen en el mundo entre 600 000 y 1 millón de casos nuevos.
Leishmaniasis mucocutánea: conduce a la destrucción parcial o completa de las membranas mucosas de la nariz, la boca y la garganta. Más del 90% de los casos de leishmaniasis mucocutánea se producen en el Brasil, el Estado Plurinacional de Bolivia, Etiopía y el Perú.

Esquistosomiasis


Es una enfermedad parasitaria aguda y crónica causada por duelas sanguíneas (trematodos) del género Schistosoma. Se estima que al menos 206,5 millones de personas necesitaron tratamiento en 2016. El tratamiento de prevención, que se debería repetir durante algunos años, permite reducir y prevenir la morbilidad. Hay constancia de la transmisión de la enfermedad en 78 países. Sin embargo, la quimioterapia preventiva para la esquistosomiasis, en la que se aplica un tratamiento a gran escala a personas y comunidades, solamente se requiere en 52 países endémicos con transmisión de moderada a alta.

Las personas se infectan cuando las formas larvarias del parásito, liberadas por caracoles de agua dulce, penetran en la piel durante el contacto con aguas infestadas. La transmisión se produce cuando las personas infectadas con esquistosomiasis contaminan fuentes de agua dulce con huevos del parásito, contenidos en sus excretas, que luego se incuban en el agua.
En el interior del organismo, las larvas se convierten en esquistosomas adultos, que viven en los vasos sanguíneos, donde las hembras ponen sus huevos. Algunos de esos huevos salen del organismo con las heces o la orina y continúan el ciclo vital del parásito. Otros quedan atrapados en los tejidos corporales, donde causan una reacción inmunitaria y un daño progresivo de los órganos.

Tuberculosis

(Abreviado como TBC), es una enfermedad bacterial de los pulmones u otros tejidos que es altamente prevalente en el mundo, con una tasa de mortalidad del 50% de no ser tratada. Es una enfermedad infecciosa, transmitida por las partículas expectoradas por toser, estornudar, hablar o escupir. Cuando un enfermo de tuberculosis pulmonar tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos al aire. Basta con que una persona inhale unos pocos bacilos para quedar infectada.
Se calcula que una tercera parte de la población mundial tiene tuberculosis latente; es decir, esas personas están infectadas por el bacilo pero (aún) no han enfermado ni pueden transmitir la infección.
Las personas infectadas con el bacilo tuberculoso tienen a lo largo de la vida un riesgo de enfermar de tuberculosis de un 10%. Sin embargo, este riesgo es mucho mayor para las personas cuyo sistema inmunitario está dañado, como ocurre en casos de infección por el VIH, malnutrición o diabetes, o en quienes consumen tabaco.
Cuando la forma activa de la enfermedad se presenta, los síntomas (tos, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso, etcétera) pueden ser leves durante muchos meses. Como resultado de ello, en ocasiones los pacientes tardan en buscar atención médica y transmiten la bacteria a otras personas. A lo largo de un año, un enfermo tuberculoso puede infectar a unas 10 a 15 personas por contacto estrecho. Si no reciben el tratamiento adecuado, hasta dos terceras partes de los enfermos tuberculosos mueren.
Enfermedad de Chagas-Mazza

(También llamada Tripanosomiasis americana) es una enfermedad parasitaria que se presenta en el continente americano, en particular en América del Sur. Su agente patógeno es un protozoario flagelado denominado Trypanosoma cruzi que es transmitido mayormente por chinches asesinas chupa sangre; sin embargo, son posibles otros métodos de transmisión, como la ingestión de comida contaminada con parásitos, transfusiones de sangre y transmisión al feto.
La enfermedad de Chagas tiene dos fases claramente diferenciadas. Inicialmente, la fase aguda dura unos dos meses después de contraerse la infección. Durante esta fase aguda circulan por el torrente sanguíneo una gran cantidad de parásitos. En la mayoría de los casos no hay síntomas o estos son leves y no específicos. En menos del 50% de las personas picadas por un triatomíneo, un signo inicial característico puede ser una lesión cutánea o una hinchazón amoratada de un párpado. Además, pueden presentar fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico.
Durante la fase crónica, los parásitos permanecen ocultos principalmente en el músculo cardiaco y digestivo. Hasta un 30% de los pacientes sufren trastornos cardiacos y hasta un 10% presentan alteraciones digestivas (típicamente, agrandamiento del esófago o del colon), neurológicas o mixtas. Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita por arritmias cardiacas o insuficiencia cardiaca progresiva por destrucción del músculo cardiaco y sus inervaciones.

Lepra

(O enfermedad de Hansen) es una enfermedad infecciosa crónica causada por una bacteria. Las lesiones en la piel son el principal síntoma externo.  Mal tratada, la lepra puede ser progresiva y causar daño permanente en la piel, los nervios, las extremidades y los ojos. Es causada por Mycobacterium leprae, un bacilo acidorresistente con forma de curva. Afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias altas y los ojos. La lepra es una enfermedad curable. Si se trata en las primeras fases, se puede evitar la discapacidad.
Si no se trata, la lepra puede causar lesiones progresivas y permanentes en la piel, los nervios, las extremidades y los ojos. La lepra es curable con un tratamiento multimedicamentoso. Si se trata en las primeras fases, se evita la discapacidad.

Filariasis linfática


La filariasis linfática, conocida generalmente como elefantiasis, es una enfermedad tropical desatendida. La infección humana se produce por la transmisión de unos parásitos denominados filarias a través de los mosquitos. La infección se contrae generalmente en la infancia y provoca daños no manifiestos en el sistema linfático.
Las manifestaciones dolorosas y muy desfigurantes de la enfermedad, linfedema, elefantiasis e inflamación escrotal, aparecen más tarde y pueden causar discapacidad permanente. Esos pacientes no solo quedan físicamente discapacitados, sino que sufren perjuicios mentales, sociales y financieros que contribuyen a la estigmatización y la pobreza. La filariasis linfática es causada por la infección por nematodos de la familia Filarioidea. Hay tres tipos de estos gusanos filiformes:
  • Wuchereria bancrofti, que es responsable del 90% de los casos;
  • Brugia malayi, que causa la mayoría de los casos restantes;
  • Brugia timori, que también causa la enfermedad.
Los gusanos adultos se alojan en los vasos linfáticos y alteran el funcionamiento normal del sistema linfático. Los gusanos pueden vivir una media de seis a ocho años y a lo largo de su vida producen millones de pequeñas larvas (microfilarias) que circulan en la sangre.
Los mosquitos se infectan con microfilarias al ingerir sangre cuando pican a un portador infectado. Las microfilarias maduran en el mosquito y se convierten en larvas infecciosas. Cuando los mosquitos infectados pican a las personas, las larvas maduras del parásito se depositan en la piel, desde donde pueden penetrar en el organismo. Las larvas pasan luego a los vasos linfáticos, donde se desarrollan y se vuelven gusanos adultos, que continúan entonces el ciclo de transmisión.
La filariasis linfática es transmitida por diferentes tipos de mosquitos, entre ellos: Culex, que está muy extendido en las zonas urbanas y semiurbanas; Anopheles, que está presente principalmente en las zonas rurales, y Aedes, que predomina en las islas endémicas del Pacífico.

Oncocercosis

O ceguera de río es la segunda causa más importante de ceguera en el mundo. Es causada por un gusano parásito llamado Onchocerca volvulus y transmitida por varias especies de jejenes. Provoca prurito, sarpullido (a veces con cicatrización) y síntomas oculares que pueden conducir a la ceguera.
La oncocercosis se transmite a través de la picadura de la hembra de la mosca negra, que se reproduce en ríos de corriente rápida (de ahí el término ceguera de los ríos). El ciclo de infección comienza cuando una mosca negra pica a una persona infectada y se infecta así con formas inmaduras del gusano, denominadas microfilarias. Estas se convierten en larvas dentro de la mosca.
Los síntomas de oncocercosis aparecen cuando mueren las microfilarias. Su muerte causa prurito intenso, pudiendo ser el único síntoma. Puede aparecer erupción con enrojecimiento, y con el tiempo, la piel puede volverse gruesa, áspera y con arrugas, así como despigmentarse en manchas irregulares. Los ganglios linfáticos, incluidos los de la zona genital, se inflaman y se hinchan. Bajo la piel se notan los nódulos, que contienen gusanos adultos.
Los efectos sobre la visión van desde un deterioro leve (vista borrosa) hasta la ceguera total. El ojo se inflama y se enrojece, y la exposición a la luz brillante causa dolor. Sin tratamiento, la córnea se vuelve completamente opaca y puede cicatrizar, causando así la ceguera. Otras estructuras del ojo, incluidos el iris, la pupila y la retina, pueden resultar afectadas. El nervio óptico se inflama y degenera. La ceguera puede derivar en una reducción de la esperanza de vida.

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